05-01-2021 - 11:05 - porcino
Análisis realizado por los servicios de porcino de Mercolleida.
Las 53 semanas de 2020 dejan tras de sí una cotización media en Mercolleida de 1,332 euros/Kg/vivo, lo que supone un ligero retroceso del -1,2% respecto a 2019 (-1,6 céntimos). Comparada con referencias anteriores, la media de 2020 resulta un +12,9% (+13 céntimos) superior a la media de 2015-2019 y un +5,4% (+7 céntimos) superior a la media 2010-2014. El año 2020 ha sido totalmente atípico en su curva de precios, a causa de la covid-19 en todo el mundo desde marzo y a causa de la covid-19 en Europa y la PPA en Alemania desde septiembre. Ello ha provocado que el movimiento más repetido del año haya sido el descenso, primero porque se venía de un nivel muy alto en el momento de irrumpir la pandemia y después porque el colapso de los mercados del norte de la UE por la covid-19 y la PPA ha presionado también sobre el mercado español. Así, en las 53 semanas de 2020, la cotización ha subido en 12 semanas (la mitad que el año pasado) y ha bajado en otras 24 (el triple que el año pasado), repitiendo en las 17 restantes. Las subidas (con un total de +18,5 céntimos) se han concentrado en febrero y marzo (hasta el coronavirus) y, de forma muy moderada, en el inicio del verano, mientras que los descensos (¡-57,9 céntimos en total, diez veces más que el año anterior!) se han extendido a lo largo de la primavera y el otoño. Y, si el año 2019 fue inédito porque el precio máximo (que siempre se da en verano) se marcó en la penúltima semana del año, 2020 no lo ha sido menos, ya que la cotización máxima se marcó a mediados de marzo. 2020 cierra con su cotización mínima del año, a -39,4 céntimos por debajo de la última cotización de 2019 (-26,4%) y este ha sido también el punto de partida para este 2021.
La referencia española ha estado muy alineada con la de Alemania hasta julio. A partir del verano, el precio alemán se descolgó, presionado por la limitación de matanza a causa de la covid-19 en la industria cárnica, para caerse en septiembre, con la irrupción de la PPA. En cambio, la cotización española ha estado casi todo el 2020 por encima de la francesa, gracias a la mayor capacidad de matanza instalada aquí y a nuestra mayor presencia en la exportación a China, y solo en diciembre se han situado prácticamente al mismo nivel. Los factores fundamentales de 2020 han sido los vaivenes de la demanda (a la baja en Europa por los confinamientos pero al alza en China por la PPA), la capacidad de matanza (mayor o menor afección de la covid-19) y las restricciones a la exportación a China (pérdida de homologaciones en Alemania, Dinamarca y Países Bajos y cierre de Alemania). España ha dispuesto de todos los canales abiertos: se ha podido matar, se ha podido exportar y el cierre de la restauración se ha compensado con un mayor consumo doméstico. Lo más problemático ha sido el mercado intracomunitario, muy presionado por la sobreoferta de carne de los países del norte de Europa con problemas en la exportación extracomunitaria.
En definitiva, teniendo en cuenta el contexto y todas las incertidumbres generadas, 2020 ha sido un muy buen año para el porcino de capa blanca.