26-11-2024 - 10:38 - vacuno
Carta de la Asociación Española de Productores de Vacuno de Carne (Asoprovac) sobre el Acuerdo UE-Mercosur.
Mientras que Europa acelera una vez más las negociaciones del acuerdo con Mercosur, lideradas por los Gobiernos de España y Alemania, el Gobierno francés eleva la voz de alarma junto con sus ganaderos y exigen su rechazo por el elevado impacto que puede generar para su producción bovina.
“Coches por vacuno”. Este es, de hecho, el eslogan del acuerdo en Alemania, donde el interés germano por abrir esta ventana de oportunidad lleva a su Gobierno a acordar cualquier tipo de concesión y sacrificar a otros sectores como el del vacuno europeo.
Por poner las cifras en contexto, la propuesta para el vacuno sería la entrada de 99.000 t de carne de vacuno en forma de piezas nobles desde Mercosur, concretamente solomillos (lo que supondría en la práctica doblar el volumen de este tipo de pieza) libres de aranceles en el mercado europeo.
Lo terrible es que estas piezas, según datos del Institut de l’Élevage, llegan ya al mercado europeo a un coste entre 18 y 32% inferior al producido en Europa, apuntando directamente a la competitividad de uno de los productos de mayor valor añadido de la canal de vacuno.
Cabe destacar que, desde que se comenzara a negociar este acuerdo en 2019, la situación del vacuno europeo ha cambiado drásticamente. Las políticas europeas -fundamentalmente las ambientales generadas por el Pacto Verde- han provocado una descapitalización acelerada de los censos, habiendo perdido desde el año 2020, 1,26 millones de vacas en Europa (-5% sT). Sin embargo, y lo que es más grave, esto no acaba aquí: los análisis de mercado de la CE auguran que sus propias políticas climáticas – esas que no exigen a Mercosur - y la baja rentabilidad, provoquen que la producción de vacuno siga disminuyendo de aquí a 2035.
Bruselas enseguida defiende que habrá compensaciones para el sector, pero los profesionales rechazan estas compensaciones y exigen competir en idénticas condiciones. Ricard Godia, presidente de la Asociación Española de Productores de Vacuno de Carne (ASOPROVAC), admite que le resulta bastante desconcertante que las mismas instituciones que presumen de liderar la lucha contra el cambio climático o promueven el uso más prudente de antimicrobianos, suscriban en paralelo la entrada de productos de terceros países que no cumplen prácticamente con nada de lo que aquí se exige: “La lista es larga”, añade Godia, “e incluye desde el bienestar animal, el uso de antibióticos promotores de crecimiento (prohibidos en la UE desde 2006) o el uso de hormonas durante toda la vida del animal y no en los últimos 90 días como ocurre hasta ahora”.
Matilde Moro, gerente de ASOPROVAC, considera difícil un cambio de rumbo en los intereses comunitarios o españoles y añade preocupada que, “estamos perdiendo día a día productores en Europa. Nuestro medio rural se vacía. Solo entre el 2011 y el 2021, el número de granjas de engorde habría disminuido un 28,9 %. Los ganaderos están cansados de tanta hipocresía y competencia desleal. Lo cierto es que el consumidor europeo acabará pagando muy caro el sacrificio de su soberanía alimentaria. Estas políticas comerciales requieren un cambio de rumbo inmediato si realmente quieren proteger los intereses de los consumidores europeos”.