Análisis realizado por los servicios de porcino de Mercolleida.
En los primeros días del estado de alarma, con la población española confinada en sus hogares, es difícil todavía hacer un balance de la situación y, sobre todo, saber cómo va a evolucionar todo. Los verdaderos problemas vienen a partir de ahora, básicamente por el riesgo de colapso del sistema sanitario. En cuanto al sector cárnico-ganadero, la normalidad ha sido la tónica en lo que llevamos de semana, aunque a nadie se le escapa que las dudas son cada vez mayores: lo sucedido en China e Italia hacen pensar en disrupciones de las cadenas productivas conforme vayan aumentando los positivos y ello reduzca la mano de obra en las empresas. En China, la matanza de porcino bajó en torno a un 35% en enero y febrero, aunque hay que recordar que en este país a los problemas de logística del coronavirus se le une la caída de producción por la PPA. En Italia, se habla de un descenso de la actividad porcina (matanza, industria transformadora) del -15% al -20% en los 10 días de confinamiento nacional que llevan ya en ese país. Lo que sí está claro es que, igual que ha sucedido también en China e Italia, la producción y distribución de medicamentos y alimentos son las dos principales prioridades y todos los esfuerzos estarán puestos en garantizar su mantenimiento. Es decir, las restricciones al movimiento (interior e intracomunitario) no se aplican al transporte de cereales, animales ni carne e incluso se pondrán en marcha “canales sanitarios” para el paso rápido de camiones. No se pueden hacer previsiones, pero sí un primer balance, por un lado, de qué está sucediendo esta semana en la operativa y, por otro lado, de cómo hemos llegado hasta aquí. En tan poco tiempo, el mayor cambio de la historia reciente.
- En las granjas: Los ganaderos intentan organizar sus estructuras internas evitando al máximo el contacto entre trabajadores. Se establecen así grupos de trabajadores por cada área de trabajo, horarios escalonados de entrada y salida, delimitación de hasta dónde pude llegar el contacto entre quienes envían animales y quienes los reciben. En un segundo momento, habrá que pensar en disponer de trabajadores alternativos que puedan asumir las bajas laborales.
A nivel de mercado, el primer efecto (hasta cierto punto, lógico) ha sido un aumento de la oferta de cerdos y lechones, ante el temor a lo que pueda pasar en días venideros.
- En los mataderos: Se generaliza el uso de mascarillas y guantes en las líneas y la toma de temperatura antes de entrar en las instalaciones. En caso de un positivo, el trabajador que lo ha dado será enviado a casa, pero no se detendrá la producción de su turno laboral: se tomará la temperatura a los trabajadores que hayan podido estar en contacto con el positivo y, si superan un nivel normal, se les enviará a casa también. Algunos mataderos toman también la temperatura a todos sus trabajadores antes de que entren a trabajar, aunque no es obligatorio. La base es la concienciación del personal: quien tenga síntomas, que lo comunique para poder evaluar qué hacer.
A nivel de mercado, ha habido una mayor oferta puntual de cerdos a los mataderos, por parte de ganaderos que retenían salidas antes y que las han precipitado ahora. Pero, al mismo tiempo, se ha disparado la demanda de carne de cerdo por parte de las grandes superficies comerciales dentro de España, que necesitan renovar existencias a ritmos de vértigo para llenar sus lineales.
- En el cereal: Las existencias en el puerto son abundantes (por ejemplo, está prevista la arribada a Tarragona de 3 barcos de soja en estos próximos días). La carga y descarga en el puerto se hace con normalidad, aunque los fabricantes están acelerando y anticipando compras (lo que lleva a un cierto repunte de precios). Para las compras de cereal en Francia, cooperativas y comerciantes de ese país imponen la obligación de llevar mascarilla los camioneros, que tienen prohibido bajarse del camión y deben llevar la documentación pre-rellenada. En el puerto, es probable que se establezcan horarios para limitar el aforo en las zonas comunes, que la autorización de matrículas se realice vía email y otras medidas similares.