04-10-2019 - 11:08 - porcino
Filipinas ha sacrificado unos 3.000 cerdos para contener el brote de peste porcina africana, lo que eleva a más de 20.000 los animales muertos en el país asiático desde que se declaró la epidemia a principios de septiembre. Corea del Sur, por su parte, ha anunciado nuevas medidas entre las que se incluye extender la inmovilización de ganado y disparar a jabalíes en la frontera intercoreana.
La infección fue detectada el norte del área metropolitana de Manila y obligó a sacrificar a todos los cerdos en un radio de un kilómetro de acuerdo con los protocolos de cuarentena. Según la jefa de la oficina de Veterinaria de la ciudad, Ana Maria Cabel "todavía quedan unos 5.000 cerdos pendientes de sacrificio en el área".
El departamento de Agricultura amenazó el martes con acciones legales contra los ganaderos que ignoren las estrictas normas de cuarentena animal, al confirmarse esta semana los casos de peste porcina africana en Quezon y otro en la provincia de Pangasinan.
Por su parte, el secretario de Agricultura, William Dar, acusó a los ganaderos de propagar la enfermedad al comerciar con cerdos infectados a pesar de las alertas de las autoridades.
Filipinas, décimo consumidor mundial de carne de cerdo y el séptimo mayor importador, contaba con unos 12,7 millones de cerdos en julio, antes de que se declarara el primer brote de la enfermedad el 9 de septiembre.
Granjas del centro y sur de Filipinas han vetado la entrada de carne de cerdo y productos derivados de las áreas infectadas, todas ellas en el norte del país, incluido Manila, para evitar la propagación de la epidemia.
Corea del Sur también intenta frenar la propagación de la peste porcina africana. El Gobierno del país ha anunciado nuevas medidas entre las que se incluye extender la inmovilización de ganado y disparar a jabalíes en la frontera intercoreana. Y es que desde que se detectó su primer brote a mediados del pasado mes de septiembre ya se han sacrificado 100.000 cerdos y se espera que en los próximos días ascienda a 150.000, más del 1% de la cabaña porcina surcoreana.
El ministerio de Agricultura anunció que se están reforzando las labores de desinfección, perjudicadas por el paso reciente de dos tifones, y que extenderá la orden de paralizar la actividad y no mover animales en granjas y mataderos en toda la vertiente norte del país. Cabe destacar que es en esta zona donde se detectó el primer caso el pasado 17 de septiembre y donde se han registrado también otra docena de contagios.
El ejército del país, a su vez, ha ordenado a patrullas y guardias en la frontera disparar a todo jabalí que divisen dentro de la franja sur de la zona desmilitarizada (DMZ), área que divide ambas Coreas, después de que el jueves se confirmara que un jabalí hallado muerto en la zona había contraído la PPA.
Aunque las autoridades surcoreanas aún no han logrado determinar las vías de contagio -es muy complicado para un jabalí traspasar la DMZ-, se cree que el brote se extendió desde Corea del Norte, que hace cuatro meses tuvo un primer caso cerca de su frontera con China.
La enfermedad ha puesto en peligro el suministro de carne en una región que depende mucho del cerdo y amplía las posibilidades de exportación para otros países con gran producción, como España, aunque a su vez puede afectar negativamente a los precios o a países productores de soja, usado comúnmente como alimento porcino.