06-03-2020 - 14:32 -
Artículo de opinión de Jerónima Bonafé Ramis, Presidenta AMCAE y Consejera de Cooperativas Agro-alimentarias de España.
El día Internacional de la Mujer nos recuerda la importancia y la necesidad de que todos los días del año, hombres y mujeres construyamos un 8 de marzo. Ese es el motor que nos mueve a todo el equipo de profesionales que trabajamos, desde el convencimiento absoluto, por consolidar una igualdad efectiva y real entre mujeres y hombres en el sector cooperativo agroalimentario.
A pesar del avance experimentado en los últimos años, hemos pasado de un 3,5% a aproximadamente un 7% de mujeres en los consejos rectores de cooperativas, el sector sigue caracterizándose por ser un mundo de hombres que de manera tímida empiezan a dar visibilidad a sus compañeras.
Para Cooperativas Agro-alimentarias de España y para su Asociación de Mujeres, AMCAE, que tengo el honor de presidir, hablar de la MUJER, de sus logros y avances en un entorno como es el rural, agrícola y ganadero, supone una gran responsabilidad. Si queremos construir entre todos cimientos sólidos y sostenibles en el cooperativismo debemos dar mayor visibilidad al 25% de mujeres socias de cooperativas y por supuesto, un mayor empuje a su presencia en los órganos de decisión.
Como Organización representativa del sector cooperativo agroalimentario, estamos orgullosos de que poco a poco la mujer cooperativista cobre un papel cada vez más relevante y decisivo. Sin MUJERES, nuestros objetivos y nuestra misión no serían posible, ni mucho menos, real ni verdadera. Las mujeres somos necesarias para impulsar el modelo cooperativo empresarial, profesionalizado, con dimensión relevante, generador de valor y competitivo. Y además contribuimos de igual forma que los hombres a la sostenibilidad en sus tres vertientes, económica, medioambiental y social.
En este día especial, quiero rendir tributo a todas las mujeres del mundo, sin excepción alguna, con una consideración particular y un reconocimiento indiscutible, a todas aquellas mujeres referentes en el sector cooperativo agroalimentario. Muchas de ellas no son conscientes, pero gracias a sus experiencias y buenas prácticas, que nos han acompañado en este camino, han transmitido e impulsado el empoderamiento que todas nosotras llevamos dentro de una manera u otra.
Mujeres con diferentes perfiles, presidentas, rectoras, directivas, técnicas, trabajadoras en distintas categorías, todas ellas han sido las inspiradoras, las que han fomentado, motivado, han dado y siguen dando continuidad a la sostenibilidad social de nuestros territorios, las que hacen posible que en las organizaciones seamos sensibles a plantear nuevas cuestiones y nuevos escenarios en pro del principio de equidad entre mujeres y hombres.
En estos tiempos que corren en los que la sociedad demuestra ser algo más sensible, en materia de igualdad de género, las mujeres hemos ido dando pasos decisivos y constructivos, generando alianzas y redes, articulando estructuras sólidas y abriendo huecos y espacios para otras mujeres. La sororidad se ha hecho latente y ha empezado a formar parte de nuestro avance y de nuestro ADN, y es que teniendo en cuenta que el camino es largo, y que la meta no se divisa ni a corto, ni a medio plazo, el entendimiento y la ayuda entre mujeres debe formar parte de nuestra mochila.
No podría concluir este artículo sin dejar de poner en valor el acompañamiento de todos aquellos hombres cooperativistas que nos apoyan en el camino, y a los que seguimos necesitando para la construcción de una sociedad lo más igualitaria posible.
Bienvenido Día Internacional de la Mujer.