03-05-2019 - 12:41 - cereales y forrajes
La Junta de Extremadura ha elaborado un manual informativo sobre las plagas del trigo y los medios para combatirlas, con un apartado de buenas prácticas como el enterrado del rastrojo y la rotación de cultivos, que ha sido editado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
En este boletín informativo se definen las plagas del mosquito del trigo (Mayetiola destructor) y 'tronchaespigas' (Calamobius filum). Asimismo, analiza y expone los controles disponibles para combatir estas plagas frente a los tradicionales tratamientos insecticidas y quema de rastrojos, unos procedimientos que resultan "contaminantes para el medio ambiente", según informa la Junta en una nota de prensa.
En el manual se indica que los experimentos realizados sobre el quemado del rastrojo han demostrado que su eficacia es "muy reducida" en la prevención de estas plagas. Para sustituir estos procedimientos, se recogen un conjunto de buenas prácticas para evitar esta invasión y también se indican los tratamientos químicos autorizados contra el 'tronchaespigas'.
En el apartado de buenas prácticas se propone el enterrado de rastrojo una vez recogida la cosecha, con la intención de que los insectos que afectaron al cultivo no puedan volver a salir y propagar la plaga, sobre todo a finales de agosto, que es la fecha más propicia para ello. También se aconseja la rotación de cultivos para no sembrar trigo dos años consecutivos en la misma parcela. En las investigaciones realizadas en Extremadura para determinar la posible relación entra la alternativa de cultivo y la gravedad de la plaga, se aprecia que a medida que se repite el cultivo de trigo, se agrava el parasitismo del insecto.
En cuanto a la plaga del mosquito, es recomendable realizar la siembra a mediados de otoño para evitar que el trigo no esté sembrado o nacido cuando aparezcan los insectos con las primeras lluvias, evitando así el desarrollo de la primera generación de Mayetiola (plaga del mosquito). Entre las labores del cultivo, el aricado (arar muy superficialmente) tiene un efecto positivo contra dicha plaga y el momento adecuado es la fase de ahijado. El mosquito que provoca esta plaga tiene un gran parecido con el mosquito común y el primer síntoma se produce al final de otoño y comienzo del invierno con la aparición de rodales de plantas con poco vigor, o ejemplares muertos en los sembrados de trigo.
Cuando las primaveras son largas y húmedas se produce otro síntoma: el peso de la espiga y el tallo debilitado por el parasitismo del mosquito provocan la rotura de la caña por la base.
Según refleja la publicación, los daños principales consisten en tronchamientos de la espiga con posterior caída al suelo, quedando la caña sin espiga, lo que imposibilita la recogida con cosechadora.